Amor y sacrificio
Yo te di ese amor que fue triunfo,
fue conquista, ideal y fue cumbre
y fue sol que con cálida lumbre
tu vivir solitario alumbró.
Yo dejé como un rayo de luna
sobre el blanco marfil de tu frente
la caricia sincera y latente
que mi beso triunfal te brindó.
Y tal vez porque puse al quererte
tanta fe, tanto amor y esperanza
el temor de llega a perderte
es mi eterna y constante obsesión.
Y una pena tan honda me asalta
y tan triste me pongo pensando
que ya creo que se ama penando
y que es siempre muy triste el amor.
O es que yo, como todo el que ha visto
cara a cara la vida y de frente,
soy un pobre amargado que siente
la atracción del penar y del dolor.
Pienso, al llorar por tu amor,
en esas horas tediosas
que al amor, como a las rosas,
las guardan las espinas.
Que se han de clavar
en aquel que inocente
pretenda, imprudente,
sus flores cortar.
Autor(es): Celedonio Flores, Antonio Sureda
