El Tesoro Del Duende
De una caída,
de una caída...
De una caída
del balcón de tus ojos,
de una caída
levantarme no puedo
porque no miras.
Me he levantao,
me he levantao, niña,
me he levantao,
señal de que tus ojos
me han mirao.
Donde entran
los colegiales,
Placita, Hospital
del rey guajín,
donde entran
los colegiales
al toque de la oración
que unos entran
y otros salen.
Al toque de la oración
que unos entran
y otros salen.
Tú no me pidas dinero
que yo no tengo dos reales,
tú no me pidas dinero.
Otros son los capitales
que yo guardo con esmero.
No me gustan los oros
ni los collares,
porque tengo un tesoro
en mis cantares.
Y ese tesoro grande
lo tengo yo,
que el mismo duende del cante
me lo entregó.