Antes de convertirse en uno de los candidatos favoritos de la octava temporada de American Idol, el vocalista Adam Lambert se hizo un nombre en el mundo del teatro, actuando con Val Kilmer en la primera producción de Los Diez Mandamientos: El Musical. El nativo de California posteriormente se valió de dicha experiencia teatral para conseguir una exitosa trayectoria durante varios meses de 2009 en American Idol, donde sus atuendos neo-góticos, sus arreglos eclécticos y su potente voz le convirtieron en un favorito de la crítica. Lambert se encontró compitiendo en la gran final contra Kris Allen, la cual finalmente perdió por un estrecho margen. Sin embargo, siendo un favorito de los jueces y con un séquito de apasionados fans, Lambert ya había empezado con buen pie su carrera de estrella del pop, confirmada por cuatro canciones que debutaron en el Billboard una semana después de la final.